Abre la mente a nuevas experiencias y puntos de vista. ¡Se mentor!
A lo largo de mi vida he ido cruzándome con gente que me ha ayudado a encontrar mi camino y pensar desde otros prismas. Y para mí estas personas han sido fundamentales para llegar a donde estoy…
Autora: Rocío Suanzes, técnica del Proyecto Yob
Así que, por mucho miedo que me diese (esto no os lo he contado, pero al principio ser referencia para alguien me aterraba) ser mentora ha sido una experiencia que repetiría hasta el infinito por todo lo que me ha aportado. Me ha hecho cambiar mi manera de ver la vida.
Es un proceso de aprendizaje de uno mismo, te ayuda a relativizar, a dar importancia a las cosas que de verdad la tienen, a identificar qué aptitudes puedes trasladar y en qué puedes apoyar a otros para convertirse en lo quieren. Da un poco de miedo, yo no me siento como un ejemplo a seguir en nada, pero al final va a ser que si, que hay cosas que hago bien, y que mi actitud (soy bastante optimista y resolutiva en general) puede inspirar esas mismas sensaciones en otros.
Cuando empecé ya había colaborado en Fundación Exit en varias ocasiones, desde que les conté mi proyecto no hicieron otra cosa que apoyarme y darme ideas para llevarlo a cabo, y a mi desde el principio me pareció que su forma de trabajar y filosofía encajaba con la mía, así que cuando me propusieron este proyecto no lo dudé un instante. (Aunque insisto que ser mentora me daba cierto miedo, y una responsabilidad que no se si de primeras me gustaba). Después de un par de días de formación, en los que nos contaron todo el proceso al grupo de mentores, nos hablaron de como enfocar las reuniones y nos resolvieron todo tipo de dudas (sobra decir que haber conocido a los otros mentores en mi caso ha sido muy enriquecedor y he conocido a personas maravillosas por el camino, Alicia, Manuel, Lis, Esmeralda…), por fin conocí al que iba a ser mi mentée: Paulino.
El proceso oficial eran tres meses, en los que teníamos que establecer objetivos, ir cumpliendo agenda, planear reuniones semanales, revisar el currículum, practicar entrevistas, y eso hicimos. Pero hicimos mucho más. Fuimos a librerías (en concreto a Tuuu Librería, una librería que funciona por donaciones) a buscar libros de filosofía, hablábamos de viajes, de experiencias personales, de lo humano y lo divino ¡Y hasta hemos dado clases de inglés! Y así, este proceso que iba a durar tres meses, gracias a la proactividad y la energía de Pau, se a alargado en el tiempo. Pau me ha apoyado en mi proyecto, y es el primero que me pregunta que tal voy y me da ánimos para seguir adelante, se preocupa por mi, y seguimos tomando algo de vez en cuando para contarnos cómo nos va. Y es una relación, que va mucho más allá de mentor-mentée. Fundación Exit ha hecho que conectemos, y seguramente quien nos juntó sabía que dos terremotos como nosotros nos íbamos a llevar bien, pero han hecho que sea una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido, y he ganado un amigo para toda la vida. Gracias. Nunca me hubiese cruzado con Paulino si no hubiese sido por vosotros.