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CREER PARA CREAR: el efecto Pigmalión en los procesos de mentoría

26-04-2018
Fundación Exit
 Artículo basado en la experiencia de Iván Delaviuda en el training intensivo del Proyecto #yobExit como voluntario corporativo. Cuenta la leyenda que en la isla de Creta vivió un apasionado y hábil escultor. Tomando como inspiración a la bella Galatea, creó una estatua de marfil que resultó tan bella, que se enamoró perdidamente de ella. Su … Continued

 Artículo basado en la experiencia de Iván Delaviuda en el training intensivo del Proyecto #yobExit como voluntario corporativo.

Cuenta la leyenda que en la isla de Creta vivió un apasionado y hábil escultor. Tomando como inspiración a la bella Galatea, creó una estatua de marfil que resultó tan bella, que se enamoró perdidamente de ella. Su pasión fue tan fuerte que pidió a los dioses que la escultura cobrara vida para poder amarla como a una mujer real. La diosa Venus decidió entonces complacer al escultor por su devoción y dar vida a esa estatua que se convirtió, finalmente, en su deseada amante. La expectativa y el deseo se unieron para crear la realidad.

Esta es la historia de Pigmalión, que ha servido de inspiración a numerosos experimentos que demuestran cómo las creencias y expectativas de una persona, respecto a otra, afectan de tal manera su conducta que el segundo tiende a confirmarlas.

Ahora, y tras participar en el training intensivo del Proyecto #yobExit mentorizando a una joven, lo más sorprendente de todo no ha sido comprobar que Venus sigue ahí haciendo de las suyas, sino cómo lo hace…

En un principio, cuando decidí participar en el Proyecto Yob, pensé en cosas como en que ‘podía estar muy bien ayudar a un/a joven en su salto al mundo laboral’ (algo que me hubiera gustado que alguien hubiera hecho por mí, pensando en el poco conocimiento que tuve de lo que me venía por delante cuando tuve que tomar decisiones que posteriormente han resultado ser clave para mi desarrollo profesional) o en, por qué no, ‘hacer algo de forma voluntaria que ayudara a los demás’.

A medida que avanzábamos en el proceso, y mientras se suponía que era yo quien ayudaba a conocerse a la joven a sí misma y con ello a aumentar la confianza en sus posibilidades, a identificar y ser consciente de sus emociones

o a retar para motivar, resulta que yo ¡también estaba trabajando el desarrollo de esas mismas competencias! ¿Os suena autoconocimiento, autoconfianza, gestión emocional, automotivación, compromiso?

No menos sorprendente fue descubrir como en la valoración conjunta del Training intensivo del Proyecto #yobExit con Laura, la joven con la que hemos recorrido este camino juntos, coincidimos en que lo que destacaríamos de la otra persona en este proceso seria la implicación y motivación (¡sin saber la respuesta el uno del otro!) ¿Acaso no son estos dos de los valores más buscados hoy en día por las organizaciones? ¿Cuántas veces nos dicen los responsables de recursos humanos, o leemos recomendaciones de los gurús de la selección de personal que cada vez más se busca actitud en lugar de títulos y conocimientos? Pues ahí está.

En un momento en el que la colaboración convive cada vez con más fuerza con la competitividad, en el que lo cualitativo es tan apreciado o más que lo cuantitativo, en el que la dimensión humana es cada vez más importante, no solo en las personas que trabajan en las empresas sino en quienes las lideran; en un entorno organizacional en el que el target de clientes empieza a ser entendido como una comunidad de personas que interactúan con la empresa y no como consumidores obedientes, procesos como el mentoring consiguen, además de un aprendizaje vivencial significativo, convertir expectativas y deseos en realidades; incertidumbre y desconocimiento se convierten en autoconocimiento y acompañamiento para los y las jóvenes, esfuerzo y dedicación acaban transformándose en desarrollo personal y profesional para los mentores, y recursos y tiempo en valor y factores de éxito para las empresas.

Igual que hizo Venus con el escultor que creyó en su estatua y consiguió transformarla, a veces tan solo hace falta algo tan sencillo como creer en la persona que acompañas para crear una nueva realidad.

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