El tiempo es lo único que nos pertenece
El tiempo es aquello que realmente nos pertenece. Con esta frase empezó mi camino de búsqueda interior, un camino lleno de preguntas pero dónde empezaba a encontrar algunas respuestas.
Autor: Enric Ejío
Si lo único que nos pertenece es el tiempo y lo que vamos acumulando es conocimiento ¿qué mejor forma de darle valor que regalando una parte de este tiempo? Lo hacemos cada día sin darnos cuenta, en momentos que compartimos con amigos y familiares.
Pero un día me hice una pregunta: ¿y si lo pongo a disposición de alguien que no conozca? ¿De alguien que no pertenezca a mi entorno? No quería irme sin aportar algo más.
Sucedieron una serie de acontecimientos en mi vida que me llevaron a conocer Fundación Exit y me guiaron hasta Marta Fusté, Responsable del Proyecto Yob, ella fue quien me abrió al mundo de los Tutores Individuales y me hizo entender que había mucho más allá que simples palabras.
El Proyecto Yob tiene como objetivo aumentar la empleabilidad de los jóvenes a través del contacto con las empresas, dotándoles de las herramientas necesarias para conseguir sus objetivos profesionales.
El proyecto me atrapó desde el principio, era más de lo que buscaba. Fundación Exit nos dio un curso de formación en técnicas de coaching y mentoring para poder asignarnos, posteriormente, un joven en riesgo de exclusión involucrado en el Proyecto Yob.
¿Nuestra tarea como tutores? acompañarlos individualmente en la parte final del proceso para ayudarles en su búsqueda de empleo, proponiéndoles objetivos, retos y dándoles apoyo y motivación.
Poder ofrecer mi experiencia y mi tiempo a alguien que realmente lo necesitaba, era lo que realmente buscaba. Todos tenemos experiencia, somos válidos y únicos. Todos tenemos tiempo, sí, todos tenemos tiempo; miremos nuestras vidas. ¿Seguro que no podemos dedicar dos horas a la semana a alguien que lo necesita?.
¿Seguro que no podemos hacer algo que nos llenará y que será como una ráfaga de aire fresco en la cara dentro de nuestras agobiantes agendas? ¡Yo creo que sí!
El siguiente paso fue conocer al joven que Fundación Exit, después de un exhaustivo trabajo de matching, nos había asignado. No tienes ni idea de cómo vas a reaccionar, dudas, nervios, todos estamos así. Un nombre. Ibrahima, el joven al que he podido acompañar.
Para mí ha sido un regalo, un regalo enorme que me han hecho Ibra y Fundación Exit. Poder compartir la experiencia brutal de alguien que salió de su país siendo un niño y que a sus 25 años ha vivido ya tres vidas como la mía.
El regalo de poder estar con alguien que te agradece cada instante que estás con él porque sabe que lo haces de corazón y sin buscar retorno. Que siempre sonríe porque las conversaciones son pura vida. Porque le escuchas, sus conversaciones son un enorme huracán de sentimientos. Es un regalo para ti, pero para él también, poder tener otro referente fuera de las instituciones, es liberador.
Lo que he vivido en estos tres meses ha sido genial. Reuniones desbordantes de ilusión, risas cómplices con el resto de tutores y coordinadores, momentos de magia con Ibra (también alguno con cierta dificultad pero ¿qué no es la vida sino retos?), poner una nueva realidad en tu vida, regalar mi tiempo y recibir mucho más, seguir sintiendo que la aventura de la vida es alucinante!
Si has leído esto no creas nada de lo que digo. ¡Esta ha sido mi experiencia y me quedo con ella! ¡Atrévete a vivir la tuya!
Más información:
En Madrid, envía e-mail a anamartinez@fundacionexit.org.
En Barcelona, envía e-mail a mfuste@fundacionexit.org.